La Siembra y Cosecha de Agua: Una Técnica Ancestral para un Futuro Sostenible

Introducción

El acceso a agua limpia y abundante es uno de los desafíos más apremiantes que enfrentan las comunidades rurales a nivel global, con particular necesidad en zonas del Africa y Latinoamérica. La técnica de siembra y cosecha de agua, basada en conocimientos ancestrales de gestión de agua, surge  como una de las soluciones más prometedoras para enfrentar la crisis del agua y facilitar la adaptación al cambio climático. Esta técnica, practicada por pueblos andinos como los quechuas y aymaras desde hace milenios, ha demostrado ser una herramienta eficaz para mejorar la disponibilidad del recurso hídrico, asegurar la agricultura familiar en zonas vulnerables y contribuir a la sostenibilidad de las comunidades rurales.

El cambio climático ha agravado las condiciones de estrés hídrico, lo que ha llevado a la necesidad urgente de implementar soluciones sostenibles, basadas en la naturaleza y en la tecnología, que garanticen el acceso al agua a largo plazo. La siembra y cosecha de agua, una solución basada en la naturaleza, implica el uso de técnicas tradicionales, combinadas con conocimientos modernos, para recolectar y almacenar agua de lluvia. De esta forma, no solo se asegura la disponibilidad del recurso para el consumo humano y agrícola, sino que también se promueve la resiliencia frente a fenómenos climáticos extremos. Esta técnica ofrece un ejemplo valioso de cómo las prácticas tradicionales pueden adaptarse y ser parte de la solución de los desafíos actuales.

Contexto Mundial y de Latinoamérica

El estrés hídrico está afectando a regiones de todo el mundo y Latinoamérica no es la excepción. Según datos de la Naciones Unidas, alrededor del 36% de la población mundial, esto es 2,400 millones de personas, viven en regiones con escasez de agua y el 52% experimentará una severa escasez de agua hacia el año 2050; Esta es  una realidad que afecta no solo a la población sino también a la biodiversidad y la producción agrícola.

En los últimos 30 años en Latinoamérica, el cambio climático y la variabilidad en las lluvias han agravado esta situación, afectando principalmente a las comunidades rurales donde la disponibilidad de agua es crítica para la producción agrícola y la seguridad alimentaria. Esto significa que miles de familias en zonas rurales están constantemente luchando por acceder a una fuente confiable de agua, lo cual tiene repercusiones en la calidad de vida, la salud y las oportunidades económicas.

Además, el agotamiento de las fuentes de agua y la falta de infraestructura adecuada están aumentando la vulnerabilidad de las comunidades, afectando de manera mayoritaria a las mujeres, quienes tradicionalmente son las encargadas de la gestión del agua en el ámbito familiar. En muchas áreas rurales, las mujeres y niñas deben caminar largas distancias para conseguir agua, lo que aumenta su carga de trabajo, las expone a peligros permanentes y limita sus oportunidades educativas y económicas. La escasez de agua no solo afecta el bienestar de las comunidades, sino que también pone en riesgo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria del país, creando un círculo vicioso de pobreza y falta de oportunidades.

Problemas de las Comunidades Rurales

Las comunidades rurales, especialmente las mujeres, enfrentan desafíos enormes en cuanto al acceso a agua limpia y suficiente. La falta de infraestructura y recursos tecnológicos ha llevado a que las comunidades tengan que depender de fuentes de agua cada vez más lejanas y menos confiables. Esta situación se agrava aún más durante las temporadas de verano o de sequía como la que se vive en el año 2024, cuando las fuentes de agua se agotan y las familias se ven obligadas a buscar alternativas que muchas veces no son seguras.

El impacto de la falta de acceso al agua también se extiende a la salud y la nutrición. La carencia de agua limpia aumenta la incidencia de enfermedades transmitidas por el agua, como diarreas y otras infecciones, que afectan principalmente a los niños pequeños. La falta de acceso a agua potable también impide la adecuada higiene en los hogares, lo cual tiene consecuencias directas en la salud y el bienestar de las familias. En este contexto, es fundamental encontrar soluciones sostenibles que mejoren el acceso al agua y reduzcan la carga sobre las mujeres y las comunidades rurales en general.

La Solución Ancestral: La Siembra y Cosecha de Agua

Una de las soluciones más eficaces a este problema es la implementación de proyectos basados en la técnica ancestral de siembra y cosecha de agua. Esta técnica incluye la construcción de zanjas de infiltración, cochas, albarradas y la reforestación para mejorar la infiltración y la retención del agua en el suelo y el subsuelo. Las cochas o albarradas, que son depresiones naturales o artificiales utilizadas para almacenar agua de lluvia, permiten que el agua se infiltre lentamente en el suelo, recargando los acuíferos y mejorando la disponibilidad del recurso en las épocas de sequía. Como lo describe el proyecto: “Fortalecimiento de capacidades sobre soluciones basadas en la naturaleza (SBN) aplicadas a través de la siembra y cosecha de agua en organizaciones de mujeres de 5 países de américa latina (Chile, Perú, Guatemala, México y Costa Rica), desarrollado por la Corporación de Manejo Forestal Sustentable (COMAFORS) y financiado por el FIAAP de Espaza, la siembra de agua permite mejorar la recarga de acuíferos y abastecer de agua a comunidades que de otra manera sufrirían una severa escasez.

La implementación de la siembra y cosecha de agua no solo garantiza la disponibilidad del recurso para el consumo humano y la agricultura, sino que también contribuye a la regeneración de ecosistemas degradados. Al fomentar la infiltración de agua y reducir la erosión del suelo, esta técnica ayuda a mantener la salud de los ecosistemas y a promover la biodiversidad. Además, la reforestación de las cuencas hidrográficas contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, mejorando la captura de carbono y reduciendo los riesgos asociados con fenómenos climáticos extremos.

El Papel de las “Maestras del Agua”

Durante el 2022, conocimos a las Maestras del Agua, mis mentoras las “Hermanas Machaca” del Cusco Perú, que fueron las guías para la implementación de los proyectos en los cinco países Latinoamericanos. Estas mujeres lideran el cambio en las comunidades rurales, mostrando cómo la aplicación de estos conocimientos ancestrales no solo soluciona problemas de acceso al agua, sino que también fortalece el tejido social y empodera a las mujeres locales. Las “Maestras del Agua”, como las llamo en mis intervenciones, son un ejemplo de cómo el conocimiento tradicional puede ser un motor de cambio positivo, brindando soluciones sostenibles a problemas complejos y mejorando la calidad de vida de las comunidades.

El trabajo de las Maestras del Agua también destaca la importancia del liderazgo comunitario y la participación activa de las mujeres en la gestión de los recursos hídricos. A través de la capacitación y la transferencia de conocimientos, estas mujeres no solo han logrado implementar proyectos exitosos de siembra y cosecha de agua, sino que también han empoderado a otras mujeres para que se conviertan en líderes en sus propias comunidades. Esto ha generado un efecto multiplicador, promoviendo el desarrollo sostenible y mejorando las condiciones de vida de muchas familias rurales.

Pasos para Desarrollar Proyectos de Siembra y Cosecha de Agua

De nuestra experiencia, para implementar un proyecto de siembra y cosecha de agua, es fundamental seguir ciertos pasos clave:

  1. Evaluación del Territorio: Identificar las zonas de recarga hídrica y la capacidad de infiltración. Esta evaluación debe incluir un análisis detallado del suelo, la topografía y las condiciones climáticas de la zona para determinar la viabilidad del proyecto.
  2. Diseño de Intervenciones: Definir las estructuras necesarias, como zanjas de infiltración, cochas, albarradas y praderas. Es importante adaptar el diseño a las condiciones locales y asegurarse de que las intervenciones sean sostenibles y apropiadas para el entorno.
  3. Implementación Participativa: Involucrar a la comunidad, asegurando que todos los actores comprendan y participen en el proceso. La participación comunitaria es esencial para el éxito del proyecto, ya que garantiza el compromiso y la apropiación de las soluciones por parte de los beneficiarios.
  4. Capacitación y Gobernanza: Formar a los líderes locales en la gestión de recursos hídricos, asegurando la sostenibilidad de la infraestructura a largo plazo. La capacitación debe incluir aspectos técnicos, así como la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras para garantizar su durabilidad.

Qué Sucede si NO Actuamos

Si no se implementan estas medidas, el riesgo es alto. La falta de agua podría incrementar la migración rural hacia las ciudades, aumentar la pobreza, y debilitar la seguridad alimentaria de los países. Además, la ausencia de soluciones sostenibles para la gestión del agua empeoraría la situación de las mujeres rurales, quienes ya enfrentan las mayores cargas y barreras en cuanto al acceso al recurso hídrico. Esto, a su vez, generaría una mayor desigualdad y dificultaría el desarrollo de las comunidades rurales, perpetuando el ciclo de pobreza y vulnerabilidad.

El impacto del cambio climático seguirá intensificándose si no se toman medidas efectivas para garantizar la seguridad hídrica. La degradación de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y la creciente frecuencia de fenómenos climáticos extremos son solo algunas de las consecuencias que se pueden esperar. La falta de acceso al agua no solo afecta la calidad de vida de las comunidades, sino que también pone en riesgo la estabilidad económica y social del país. Por lo tanto, es fundamental actuar ahora y promover soluciones que garanticen el acceso al agua para todos.

Un Llamado a la Acción

La siembra y cosecha de agua no es solo una técnica, es una solución integral que conecta conocimiento ancestral con innovación social y tecnológica. Invito a todos los actores, desde los gobiernos centrales y subnacionales hasta las comunidades locales, a unirse para replicar y ampliar estos proyectos. La seguridad hídrica es fundamental para el bienestar de nuestras comunidades y el desarrollo sostenible de los países. Solo trabajando juntos podremos asegurar un futuro donde el agua sea un derecho garantizado para todos.

Los desafíos que enfrentamos son grandes, pero también lo es nuestra capacidad de actuar y generar cambios positivos. La implementación de proyectos de siembra y cosecha de agua es una oportunidad para construir un futuro más justo y sostenible, donde todos tengan acceso al agua y las oportunidades que este recurso proporciona. Necesitamos el apoyo de todos: comunidades, organizaciones, gobiernos y empresas privadas para llevar adelante esta visión. La seguridad hídrica es un compromiso compartido, y juntos podemos hacer la diferencia.

¡Actúa ahora! Participa y contribuye a los proyectos de siembra y cosecha de agua y ayuda a asegurar agua para las futuras generaciones. Cada acción cuenta y cada gota de agua hace la diferencia. ¡Sé parte del cambio hoy!

Autores:

Artículo: Juan Carlos Palacios Burneo,

Fotografía: Carlos Andrés Palacios Vélez

Reflexión  de los autores:

…“Como parte del proyecto: Fortalecimiento de Capacidades en Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), en Latinoamérica, estamos involucrados en estos esfuerzos, aplicando los conocimientos y experiencia desarrolladas en nuevos proyectos.

Este trabajo permite demostrar que la implementación de proyectos de siembra y cosecha de agua no solo mejora la disponibilidad del recurso hídrico, sino que también contribuye al desarrollo sostenible de las comunidades. Al combinar el conocimiento tradicional con el apoyo técnico y financiero de organizaciones internacionales, se han logrado resultados significativos en la mejora de la seguridad hídrica y la calidad de vida de las comunidades rurales. Estos proyectos también han fortalecido la cohesión social y han promovido la participación activa de los miembros de la comunidad en la gestión de sus recursos naturales”…

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